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jueves, 19 de noviembre de 2009

LA BEMBITA DEL JACHO

SONAJERO

La bembita del Jacho

Grisbel Medina R. - 11/19/2009

Al PRD que nunca le hace falta un pelo en la sopa y la fosforescente mecha que mantiene el jacho del pleito siempre prendío, anda muy ofendido con el franco y flirteo del diputado perredeísta Rafael Calderón con el oficialismo del presidente Fernández.
El enojo rebosó la copa de la cuadra blanca que no tardó 24 horas para “expulsar sumariamente” al susodicho que aspira (y huele a promesa presidencial) seguir pegado de las tetillas del Congreso, ahora desde la curul senatorial por Azua.
Las bembitas del PRD están de capa caída. El dolor por este golpe de Calderón, antiguo enllave y hombre de confianza del singular hombre de la yuca y puntual gurabero Hipólito Mejía, ha unido a los bandos que internamente se adversan y se pelean por la kilométrica reserva de candidaturas.
Lo primero es que el pataleo de sus antiguos “compañeros” tiene sin cuidado al mismo Calderón quien se rie, ahora con las muelas postizas de atrás, del halón de oreja a un hombre que hace rato cojió la de villa de Diego, o sea, expulsan a uno que hace rato se fue.
Lo segundo es que la supuesta furia no se evidenció ante las chivas amarradas entre el corporativo presidente del PRD, Miguel Vargas Maldonado y el presidente Fernández.
Mientras bailaron pegaditos nadie se salió de quicio.
Lo tercero es que el mismo PRD que no tardó un día para que su comité político firmara el desahucio de Calderón, dejó que lo del diputado Julio Romero oliera a barco viejo. El partido por el que murió José Francisco Peña Gómez no ofreció ninguna respuesta contundente ni adoptó “medidas ejemplarizadoras” contra el personaje que no sólo sedujo a una adolescente a quien luego embarazó, sino que al ventilarse el caso en El Informe, se iluminaron los nombres de otras mujeres que admiten fueron violadas en su adolescencia por el legislador, dueño de varios negocios y cuyo nombre está cosido a las andanzas de el ya célebre El Gringo.
Ese que era un asunto de bragueta, de un súper macho que prometía villas y castillas a cambio de sexo forzado y tierno, el Congreso no le dio importancia y el PRD se tragó la eterna e incendiaria lengua.
Ahora Romero se puso alante y bien asesorado renunció a inscribir su candidatura a la reelección.
Otro cuento de camino en el solar dominicano sembrado de Sobeidas ausentes y el extravío del cuarto bulto de dólares.
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LA BEMBITA DEL JACHO

SONAJERO

La bembita del Jacho

Grisbel Medina R. - 11/19/2009

Al PRD que nunca le hace falta un pelo en la sopa y la fosforescente mecha que mantiene el jacho del pleito siempre prendío, anda muy ofendido con el franco y flirteo del diputado perredeísta Rafael Calderón con el oficialismo del presidente Fernández.
El enojo rebosó la copa de la cuadra blanca que no tardó 24 horas para “expulsar sumariamente” al susodicho que aspira (y huele a promesa presidencial) seguir pegado de las tetillas del Congreso, ahora desde la curul senatorial por Azua.
Las bembitas del PRD están de capa caída. El dolor por este golpe de Calderón, antiguo enllave y hombre de confianza del singular hombre de la yuca y puntual gurabero Hipólito Mejía, ha unido a los bandos que internamente se adversan y se pelean por la kilométrica reserva de candidaturas.
Lo primero es que el pataleo de sus antiguos “compañeros” tiene sin cuidado al mismo Calderón quien se rie, ahora con las muelas postizas de atrás, del halón de oreja a un hombre que hace rato cojió la de villa de Diego, o sea, expulsan a uno que hace rato se fue.
Lo segundo es que la supuesta furia no se evidenció ante las chivas amarradas entre el corporativo presidente del PRD, Miguel Vargas Maldonado y el presidente Fernández.
Mientras bailaron pegaditos nadie se salió de quicio.
Lo tercero es que el mismo PRD que no tardó un día para que su comité político firmara el desahucio de Calderón, dejó que lo del diputado Julio Romero oliera a barco viejo. El partido por el que murió José Francisco Peña Gómez no ofreció ninguna respuesta contundente ni adoptó “medidas ejemplarizadoras” contra el personaje que no sólo sedujo a una adolescente a quien luego embarazó, sino que al ventilarse el caso en El Informe, se iluminaron los nombres de otras mujeres que admiten fueron violadas en su adolescencia por el legislador, dueño de varios negocios y cuyo nombre está cosido a las andanzas de el ya célebre El Gringo.
Ese que era un asunto de bragueta, de un súper macho que prometía villas y castillas a cambio de sexo forzado y tierno, el Congreso no le dio importancia y el PRD se tragó la eterna e incendiaria lengua.
Ahora Romero se puso alante y bien asesorado renunció a inscribir su candidatura a la reelección.
Otro cuento de camino en el solar dominicano sembrado de Sobeidas ausentes y el extravío del cuarto bulto de dólares.